NO ES CÓMO EMPIEZA, SINO CÓMO TERMINA

Por: Robert J. Tamasy

Es la temporada en que las carreras de motores, en todas sus variadas formas, reasumen su rápida y ruidosa gloria. Puede escoger entre la NASCAR, Fórmula Uno, Indy, dragsters, botes de carreras, motocicletas, y hasta las carreras de demolición. Pero sin tener en cuenta los niveles de sofisticación y habilidad, cada uno de estas competencias muestra un principio fundamental que se aplica a cada faceta de vida: no es la forma en la que se, sino cómo se termina lo que importa. 

¿Alguna vez ha trabajado con alguien que al principio parecía como una excelente adquisición para a su personal, sólo para verlo - por alguna razón - caer entre el desagrado y eventualmente dejar la empresa? ¿O ha emprendido alguna vez un proyecto lleno de entusiasmo y optimismo, sólo para perder el interés al ir adelante sin ninguna conclusión en claro? ¿O ha empezado su compañía alguna prometedora iniciativa para reformar su forma de negociar, sólo para encontrar varios años después que ha sido completamente abandonado y olvidado? 

Todos éstos son ejemplos de la realidad de que es fácil empezar algo - un nuevo trabajo, un proyecto, una afición, un matrimonio, un importante cambio de estilo de vida como mejorar su salud - pero es muy más difícil mantener el compromiso necesario para dar ese esfuerzo para tener éxito. Por esto es que el dicho, "la vida es un maratón, no una carrera corta," es tan apropiado. Cualquiera parece fuerte y rápido en los primeros pasos, pero permanecer por toda la larga carrera requiere determinación, valor, trabajo duro, y una firme negativa a retirarse, sin tomar en cuenta los obstáculos. 

Esta idea de "acabar bien" parece ser un tema recurrente - incluso dominante - en la Biblia. Aquí están una poco de la visión que ofrece en este tema: 

Para terminar bien, debe saber dónde encontrar la línea de meta. Al competir en cualquier carrera, ya sea en un vehículo de motor, a pie, en patines de hielo, esquís o en una piscina, tendría poco sentido si no se conoce la duración de la carrera y donde acaba. De la misma manera, profesional y personalmente, debemos saber a dónde necesitamos llegar. "Sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús." (Filipenses 3:14). 

Para terminar bien, debe de guardar la evidencia de su progreso en el camino. Es importante guardar los logros significativos cuando avanza hacia una meta, sobre todo si el esfuerzo implicará una sustancial inversión de tiempo para lograrlo. Hacer una pausa para celebrar hitos importantes en ocasiones pueden proporcionarnos el estímulo necesario y la inspiración para sostener el esfuerzo exigido hacer el resto del camino a pesar de los desafíos y aburrimiento. "He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, me he mantenido en la fe" (2 Timoteo 4:7). 

Para terminar bien, debe de entender exactamente qué es lo pensó hacer. Clarificar nuestras intenciones, sueños y deseos es una parte importante del proceso de terminar bien. Esto puede abarcar desde ser el líder vendedor ejecutivo de su compañía, a ser conocido como una persona de una alta integridad, a constituir un matrimonio fuerte. Una vez que hemos determinado exactamente lo que pensamos hacer, entonces podemos tomar los pasos para determinar cómo podemos lograr nuestros objetivos. ¿Cuál es su objetivo? Como alguien dijo, "¡Si no apunta a nada, usted se pegará cada vez!" Jesús resumió bien sus ideas sobre acabar su tarea redentora hacia el fin de su vida terrenal, "Yo te he glorificado en la tierra, y he llevado a cabo la obra que me encomendaste" (Juan 17:4). "Todo se ha cumplido" (Juan 19:30). 

Con más de 60 años en mi tiempo en le tierra, estoy más próximo al final que a la salida. Por lo que esta una pregunta que vale la pena para considerar: ¿Estoy terminando bien - en mi trabajo, mi matrimonio, mi profesión, mis relaciones? ¿Qué tan bien lo está haciendo usted?