miércoles, 24 de agosto de 2011
¿Que es el coaching?
¿Qué es el coaching?
La figura del coach es más reconocida en el mundo de los deportes, sin embargo, muchos de los modelos de la labor de entrenadores de equipos deportivos han sido tomados como una referencia en cómo se puede incentivar el trabajo en equipos en la empresa, la gestión participativa, la colaboración y la inteligencia colectiva. Esto ha motivado que cada vez más se recurra al coaching como una vía para dinamizar los resultados. Otros, no obstante, lo consideran como una forma más de consultoría en la que el consultor diagnóstica, deja un informe de recomendaciones y se va. Y nada más alejado de este concepto.
Como bien concretan los de RRHHDigital, una de las cosas que más deseamos los coaches es contribuir a que se conozca con la mayor claridad y exactitud posibles qué es el coaching, para que sirve y por qué es altamente eficaz.
Evitar confusiones en cuanto a la naturaleza del coaching, sus usos y posibilidades es beneficioso para todos, tanto para los coaches como para sus clientes, ya sean directivos, equipos o particulares.
El coaching es un proceso conversacional en el que e el coach acompaña a su cliente y provoca su reflexión para lograr que despliegue todo su potencial y sea capaz de alcanzar los objetivos que se ha marcado, tanto si son profesionales como personales. Se trata de que el cliente logre resultados extraordinarios que no sería capaz de conseguir por sí sólo. El coach le acompaña en un camino de aprendizaje que le permitirá observar los hechos desde nuevas perspectivas, de manera que, al ver las cosas de otro modo, pueda encontrar nuevas formas de actuar que le conduzcan a diseñar acciones eficaces. Así podrá alcanzar con menos esfuerzo los resultados deseados. En definitiva, el coaching es un proceso de aprendizaje que permite sacar mayor partido a la vida.
Y ¿cómo se lleva a cabo?
Pues, principalmente hablando. Para entender la potencia del lenguaje como generador de resultados es necesario tomar conciencia de que la mayor parte de la jornada laboral (y de la vida) se estructura en torno al lenguaje: ponemos emails, sms, telefoneamos, escribimos documentos, hablamos para dirigir, coordinar, planificar, pedir, establecer acuerdos… En coaching se dice que el lenguaje genera realidades. Cada vez que decimos algo, estamos preparando el terreno para que ocurra algo. Y por eso el lenguaje es la herramienta principal para lograr resultados. Aunque no la única.
El coaching también utiliza recursos de otras disciplinas como la filosofía, la sociología, la psicología, el management, etc., pero es diferente de ellas. Por ejemplo, coaching no es psicología. La psicología explora en el pasado para explicar conductas del presente. Por el contrario, el coaching se basa en el presente para diseñar el futuro que cada uno quiere disfrutar. Tampoco coaching es consultoría. El consultor, en base a su experiencia personal, dice lo que cree que hay que hacer para conseguir un resultado concreto. El coach acompaña a su cliente en la búsqueda de sus propias respuestas y recursos para que los descubra por si mismo.¿Y por qué esto funciona mejor? Porque se interioriza hasta un 70% de lo aprendido por uno mismo, mientras que sólo se retiene un 30% de lo que te enseñan los demás. Einstein lo explicaba así: “Aprendizaje es experiencia. Todo lo demás es información.”
Pero, seamos más concretos ¿para qué sirve el coaching? Bueno, mi primer impulso es decir: para todo, tanto en la empresa como en la vida personal. Pero como esto, dicho así, no va a resultar muy creíble, voy a argumentar esta afirmación.
Todos hemos vivido momentos en los que no nos sentimos satisfechos con la situación en la que nos encontramos. Es un estado de insatisfacción que puede manifestarse en el terreno profesional o en el personal y que nos gustaría cambiar. Centrándonos en lo profesional, este estado puede darse en muchísimas ocasiones. Por ejemplo, cuando empezamos a plantearnos buscar un nuevo trabajo, cuando tenemos que dirigir un equipo que no alcanza el nivel de desempeño necesario, cuando nos ofrecen un ascenso y pensamos que nos falta desarrollo en algunas competencias claves para el puesto, cuando no sabemos qué más hacer para captar clientes, cuando tenemos problemas de comunicación con personas, equipos o departamentos determinados, cuando sentimos que nuestros jefes o subordinados no aprecian lo que hacemos, cuando reflexionamos sobre la posibilidad de un cambio de profesión, cuando queremos un aumento de sueldo y no sabemos cómo abordar la conversación para pedirlo o simplemente cuando decidimos que es hora de mejorar algunas de nuestras habilidades para desplegar todo nuestro potencial. Las posibilidades son infinitas.
Al sentirnos así lo lógico es pensar qué podemos hacer para cambiar ese estado, cómo transitar el camino entre la situación actual que nos produce insatisfacción y la situación futura que imaginamos y que tanto deseamos. Y sobre todo, qué pasos tenemos que dar para llegar a ella. Es entonces cuando el coaching tiene todo el sentido del mundo, porque permite tomar conciencia del camino a seguir para abandonar ese estado de insatisfacción, de los pasos necesarios para tener éxito y de cómo y cuándo darlos.
El coaching proporciona nuevas respuestas y acciones para alcanzar nuestras metas. Es un proceso para diseñar futuro. El futuro que cada uno de nosotros decida que quiere disfrutar ¿Ha pensado ya en cómo quiere diseñar el suyo o el de su empresa?
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