martes, 21 de mayo de 2013

Queja vs crítica en la relación de pareja



Por Arnoldo Arana
 
Las parejas necesitan separar en sus conversaciones, los asuntos de las personas, especialmente cuando exponen quejas. 
Juan y Maria entraron como un torbellino a mi consultorio. Sostenían una acalorada discusión. 
- ¿Cuál es el problema?, pregunte. - Es que ella me critica todo el tiempo, contestó Juan, siendo interrumpido por ella, quién argumentó: - Es que él no me escucha cuando le hablo; es sordo e insensible a mis necesidades y opiniones. - Lo que pasa es que “ella es una cotorra que no para de hablar”, y no me da oportunidad de expresarme a mí, además “es una sabelotoda” que siempre cree tener la razón, acotó Juan, interrumpiéndola.
Esta es una típica conversación donde los cónyuges tienden a personalizar los problemas, recurriendo a adjetivos descalificadores. Así es imposible conversar en forma efectiva…así es difícil arribar a acuerdos mutuamente beneficiosos…así es difícil resolver problemas en la pareja.
Es importante evitar personalizar cuando se manifiesta una inconformidad. En ocasiones las quejas no van dirigidas a la situación, sino a la persona. Si los cónyuges no son cuidadosos al hacer sus planteamientos, el otro (a) puede sentirse juzgado, criticado o atacado. Esto hace que la persona que percibe que se le está atacando se ponga a la defensiva y se sienta amenazada. En tales condiciones en muy difícil obtener buenos resultados de dicha conversación.
Muchas veces la queja se torna personal, áspera y agresiva, siendo generadora de conflictos disfuncionales; en tal caso la queja se convierte en crítica. Es importante distinguir la queja de la crítica. Según Daniel Goleman la queja es la afirmación específica de lo que perturba a la persona, con énfasis en el hecho, y la crítica es un ataque que se dirige más a la persona que al acto o situación.7 Por otra parte, la queja va dirigida a señalar o criticar la acción del cónyuge, y no al cónyuge mismo. La queja puede ser una forma útil de expresión de necesidades, siempre y cuando ésta no se vuelva crónica.
Veamos algunos ejemplos de queja y crítica:
Queja
Crítica
Durante el último mes has estado trabajando los fines de semana y yo me he sentido sola, desatendida y con toda la carga de la casa.
Eres un desconsiderado (a), además de un adicto (a) al trabajo. Pienso que eres un (a) egoísta.
En los últimos dos meses casi no me buscas para intimar conmigo, y me siento lejana (o) a ti.
No eres sensible a mis necesidades sexuales. Creo que ya no tienes interés en mí.
Hace meses que no salimos solos a compartir un momento de diversión.
Te has convertido en una persona aburrida,  ermitaña y apagada.


Con frecuencia la crítica se convierte en un ataque contra la personalidad del cónyuge, minando su autoestima, y predisponiéndolo para la confrontación. La crítica además es una fuente generadora de vergüenza, disgusto, desvalorización, inculpación y resentimiento.
Para muchas parejas la crítica se convierte en una norma de vida, en un estilo y tono de encauzar la conversación. Cuando la crítica se convierte en un patrón: una forma habitual de interacción, entonces, el sarcasmo, la ofensa, la desvalorización y la intolerancia, se entronizan como forma de convivencia en la vida de la pareja. 
Las quejas están más relacionadas con las realidades de primer orden en la comunicación, y las críticas mayormente están relacionadas con las realidades de segundo orden. Las realidades de primer orden están referidas a los hechos, a las acciones específicas de las personas, a los sentimientos que la propia persona expresa de sí misma. Por el contrario, las realidades de segundo orden están referidas a los juicios de valor, a las opiniones e interpretaciones que hacemos sobre las motivaciones de otras personas. Cuando usamos realidades de segundo orden como si fueran realidades de primer orden, correros el riesgo de equivocarnos, ser injustos, caer en la crítica, o resultarle amenazante a nuestro cónyuge. 
La crítica (descalificación, culpabilización, personalización) pone a la defensiva a los cónyuges, y convierte las conversaciones en un campo de batalla. Por el contrario, la queja puede ser una herramienta útil para zanjar brechas y resolver problemas conyugales, si se utiliza sabiamente. Dice Daniel Goleman referente a la queja: “Es una expresión de inteligencia emocional básica: positiva, no beligerante ni pasiva. Pero en una crítica personal el cónyuge utiliza la queja específica para lanzar un ataque global sobre su pareja”.
Los cónyuges deberían optar por callar si lo que van a decir representa una crítica. Rara vez la crítica resulta provechosa. La Biblia dice:”En las muchas palabras no falta pecado, mas el que refrena sus labios es prudente”.9 Este es un llamado a hablar con prudencia, pensando lo que se va a decir, antes de usar las palabras para ofender o denigrar con lo que decimos.   

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